félixfdezApapel

Después de tanto tiempo escondidos, como si jamás hubieran existido y en ningún momento hubieran formado parte de mí, es en tu ausencia donde ahora residen mis miedos. Donde cobran fuerza cuando necesito de tu presencia y no te encuentro. Cada vez que cierro los ojos y soy incapaz de disuadir todos los motivos que me llevan hacía ti. Cuando echo de menos tu sonrisa tan contagiosa y ese aire de esperanza con el que me desperezan tus noticias cada mañana. A pesar de tanto tiempo, donde los sueños carecían de sentido, encuentro las razones suficientes para hacerlo aún estando despierto. Imaginando que te abrazo cada vez que sufres vértigo, liberando ese mar de sentimientos que, a día de hoy, aún proteges en el fondo de tus dudas para que nadie pueda dañarlos. Después de tanto tiempo, donde soportar las inclemencias del destino se convierte en algo cotidiano, apareces junto a mí reservando mi mirada, como en esas mesas donde nadie se sienta, aún estando libres...

Como si en algún instante se necesitaran razones para echarte de menos, no fuera suficiente el lance de haberte conocido o tener la suerte de haber mirado tus ojos y ver lo que se esconde tras ellos. Aprendí a soñar desde el momento en que dejé de verte, en que viajaste lejos para no estar presente más que en mis sueños, al descubrirme sonriendo cada vez que lo hago contigo, cada noche que protagonizas ese mundo ficticio. Deambularé por esta y cuantas vidas me resten con el único pretexto de tropezar de nuevo, aguardaré lo que el tiempo decida que es suficiente, volveré a nacer en caso necesario una y cien veces, me negaré a olvidarte o a darme por vencido. Mientras tanto, dejo que los años jueguen conmigo, que me claven puñales sin argumentos, que me envuelvan en tristeza si es necesario o que afloren las lágrimas aún sin sentido. Recompondré cada parte de mí sobre tus manos cuando volvamos a vernos, susurraré a tu oído cuanta falta me has hecho, ...

El día menos pensado todo resulta ser agradable. Te detienes, observas, saboreas cada instante con la certeza de que nunca volverá a repetirse y aún así, consciente de que todo aquello que desfila frente a ti jamás volverá a ocupar el mismo lugar, te sientes ajeno a la necesidad de revivir historias duplicadas, de conservar a tu lado lo nunca te hizo bien, eso que jamás tuvo sentido por persistente que fuera su búsqueda, que simplemente fue pasajero, sembrando dudas y astillas disfrazadas de ilusiones. Pero ese día, el menos pensado, descubres que tu carga se ha aliviado, que no la necesitas. Ya no dejas lugar para el miedo, el desconcierto, las noches en vela ni los días ausentes de sueños. Atrás queda tu pequeño desastre natural. Aquel que un día decidiste afrontar con valentía, el que te elevó al séptimo de los cielos, el que sabías que te podría arrastrar a las vertientes más oscuras y aún así, no te quisiste perder por nada del mundo. Aquel que te hizo reír pero tambi...

Ensayar cada noche una obra distinta, representar frente a tus miedos las mil formas que existen de amarte, que nunca se ahoguen los gritos sinceros en nuestras voces a pesar de los años, salgamos a escena para interpretar te quieros  sin condiciones. Se izará la cortina de la esperanza sobre cada tablado, disiparás mis dudas a golpe de suerte, siempre seremos  protagonistas de nuestro reparto y  mostraremos al mundo  lo que nuestra historia requiere. Ahora, pongan atención y guarden silencio pues la función comienza.  Señoras y señores,  somos el resultado de nuestros sueños y hemos venido a contarles,  con todos ustedes: ** Marionetas del destino, hojas en blanco donde esbozar miles de corazones, somos la reserva donde cultivar todos nuestros besos, el norte de mis sueños, el sur de sus ilusiones. Somos la sonrisa que dibuja nuestras caras aunque estemos lejos, las ganas de vernos,  esa fórmula que acorta...

Que nunca falte en tu maleta esa peluca de los años cincuenta con la que tan segura te sientes, tu lápiz de labios tan reluciente y esa frase de no pasa nada. Que todos comprendan que te sobraban las fuerzas, que te vas con la sonrisa puesta para hacer de ese nuevo espacio un  mas lugar agradable. Que necesitabas sentirte libre, planear sobre las nubes, proyectar tu brillo frente a las estrellas y convertirte en nuestro nuevo ángel. Recuperar la solidez que ya faltaba, inhalar la esencia que desprende el cielo, alimentar la esperanza de esas guerreras que aquí dejaste. Y en tu ausencia, aún gritan las niñas de rosa ¨ somos más fuertes que nunca ¨, marchando hacía la batalla como un ejercito indestructible, perseverando en esa lucha por tu venganza  al ganarle el juego a un rival tan impredecible. Que luzcan tan bonitas tus alas como cada noche las sueño, que sirvan mis lágrimas para mantenerte viva, que cada diecinueve ...

Tenías que encontrarme. Esta vez, al fin, saber donde mirar y descubrir que se acabaron los refugios, que todos los agujeros me conducen hacía la superficie donde de nuevo quedo expuesto,  donde es fácil calibrar sin la necesidad de formular preguntas, donde danzan los recuerdos ante nosotros para ser evaluados y reducirlos a cenizas, una vez más. Somos la estructura en ruinas en la que se integraban todos nuestros sueños, la probabilidad de reencontrarnos cuando lo que faltan son las ganas, la cordialidad a la que hemos reducido nuestros besos, el corazón depositado en otras manos, tú y yo, a un casual encuentro de distancia. Somos esas voces temblorosas que simbolizan los errores cometidos, (aún cuesta fingir normalidad a pesar del paso de los años), esa sombra que nos persigue cada noche y que por mucho que nos empeñemos en mirar al frente, siempre nos acompañará detrás. Somos café de invierno con la mirada perdida mientras llueve, las razones...

He de admitir que empecé a ser cómplice del invierno, cuando comprendí que él también se había enamorado de ti. Era consciente, al igual que yo, de que sus días no necesitaban más luz que la que desprendían tus ojos. Le encantaba ver como lo observabas por la ventana en las noches de lluvia y a mí, como te girabas a sonreírme mientras él rugía. Nos exponía a temperaturas bajo cero cuando intuía que existía algún problema. Así, conseguía que la distancia no nos alejara, que resolviéramos nuestras diferencias entre susurros por la cercanía de nuestros cuerpos al intentar zafarse de la helada. Como condición, solo el requisito indispensable de escribir nuestros nombres sobre cada cristal empañado  y con ello, dejarle vislumbrar lo que ocurría dentro de la habitación en la que nos encontrábamos. A ambos nos reconfortaba que no expresaras tus años en primaveras, que puestos a elegir, siempre anhelaras  saltar sobre los charcos hasta quedar empapada, para luego, dejarte ...

Escribiré en tercera persona para que lo entiendas. Contemplo, a muy pocos centímetros,  como ciudades enteras carecen de luz cada vez que cierra sus ojos. El dolor que le provocan las consecuencias del pacto que llevó a cabo con el tiempo al permitirle borrar su sonrisa. Puedo leer en sus labios que ya no se quiere, que no se merece, que lleva años luciendo su traje de triste. Se ha desgastado por saltar al vacío en incontables ocasiones y ahora, sufre cada vez que hace el esfuerzo por emprender el vuelo con sus alas rotas. Su miedo le puede, su miedo le asfixia. Intentó transitar por rutas alternativas que le privasen de tropezar con sus recuerdos, reencontrarse con la que portaba la cara más bonita del mundo, evadirse de todo cuanto le hacía daño en esos momentos, olvidar que un buen día fue su vida, y para afrontarla, su modo.  Eligió  caminos por los que se intensificaba la lluvia y para protegerse, utilizó como recurso un paraguas viejo, d...

Ahora que te has ido, llega el momento en el que me siento embriagado por los efectos de tu paso por mi vida.  Cuando no ceso de buscar incansablemente donde se esconden las fuerzas para luchar contra este silencio, en el que no encuentro las palabras adecuadas para hacerte comprender que ya no te echaré de menos, que camino despacio para alejarme de tu lado, abriéndome trayecto entre sueños rotos, esparciendo por el suelo lo que aún queda de mí. Ya no son necesarias estas noticias compasivas a las que me tienes acostumbrado, no quieras romperme por completo para luego desaparecer entre mis pedazos, no seas injusta si te faltan fuerzas para recomponerlos, tu herida así, constantemente se mantendrá viva y  es algo que desmereces. Es hora de sellar todas las puertas para negarle el paso a mis miedos,  para que no te conviertas en el origen de mis muros de hielo, para que al cerrar los ojos desaparezcas por completo de mis días, para dejarme querer p...

Esta manera de recordarte que aún conservo, me indica que siempre anduve por lugares equivocados, que no fueron tus labios los que hallé por mi camino, a pesar de no cesar en mi búsqueda por encontrarlos. Intenté dibujar tu rostro sobre lienzos sin sentido, reencontrarte en el calor de otros abrazos , hacerte el amor en otros cuerpos, aunque nunca obtuve el mismo resultado. Esta manera en la que te mantienes a mi lado en mis recuerdos, elimina cada cicatriz que viste mi cuerpo a día de hoy, cada grieta de mi corazón provocada por tu ausencia, cada lágrima derramada en la distancia sin que tú la vieras, el dolor que emana al intentar quererte sin tenerte cerca. El pasado nunca deshace sus pasos y vuelve hacía el mismo lugar, está suficientemente demostrado, aunque siempre aguardaré que suceda.  Pero, oye,  realmente nunca formaste parte de él, ni tan siquiera del presente, porque nunca tuvimos la oportunidad de que existieras más allá de mi cabeza, alejada de ...

Ha llegado la hora. No es necesario decir nada, esta vez, hagámoslo a tu modo. Mírame cómo tan solo tú serás capaz de hacer desde este momento y no establezcamos condiciones. Tus ojos serán el punto de partida hacía esa locura de quererte. Mudémonos a ese instante donde alguna vez conseguimos ser felices. Será un vuelo delicado, estoy seguro, pero a tu lado ya nada importan las alturas. Desde ahora solamente sufriré vértigo al imaginar tu cuerpo, al querer quedar atrapado en él para siempre, al degustar el sabor de tus labios y al necesitar tus besos constantemente. Residentes en nuestro destino, me negaré a dejar de nadar ni un solo día por este vaivén de sentimientos que ahora me provocas. Quiero ser cómplice de todas tus sonrisas, el muro que contiene el curso de tus lágrimas para así, crear un lago donde pescar todas las ilusiones que ellas ahogaron tiempo atrás. Esta vez viajaré sin equipaje, quizás tengas que perdonarme  pero ya pesaba demasiado y aunque ...

Si algún día me encuentras y descubres que estoy roto, no sientas pena por ello. Recompondré cada pedacito de mí sobre tus manos con solo mirarte a los ojos. Para que siempre recuerdes de lo que estoy hecho. Para que nunca me dejes perderme  si no es a tu lado.

Cuando destiñen los corazones las horas pesan, pero el tiempo ya nunca volvió a detenerse para ti, para mí, para nosotros; al menos por un espacio prolongado y de similar manera. Necesitábamos de esas heridas para hacernos fuertes y ¿quién sino para provocarlas que nosotros mismos?  Nadie podría hacerlo mejor, nadie sería tan generoso. Cerré los ojos para tropezar contigo y tuve que acostumbrarme a mantenerlos en este estado para no dejar escapar lágrimas, para inventar un mundo en el que no existieras, en el que jamás te hubiera conocido, para que nada de lo que dejo afuera de él resulte verdadero. No precisábamos de reformas, sino de mudanzas y así lo hicimos,  tan lejos el uno del otro que intentamos olvidarnos, manteniendo los recuerdos en esa línea que delimita lo prudente. Y ahí de nuevo, en el kilómetro cero de nuestros sentimientos, como si nada de esto hubiese sucedido, debatiendo con nosotros mismos si instalarnos para siempre en este lugar o c...

Cerraré los ojos y deambularé por el resto de las  vidas que me quedan, con el único  pretexto de tropezar contigo.

Hay días en los que todas las siluetas te interpretan, representan y mi corazón comienza a bailar.  Gira y gira al compás de todo lo que nos dijimos durante aquellos años, de algunas cartas mil veces releídas y analizadas, de tanta espera que se hizo de rogar. Late con la inocencia que siente un niño al idealizar a quien tiene enfrente, cuando la distancia no supone nada, donde los problemas son solo cosa de otros y cuando no es considerado el miedo a que lo nuestro se pueda deteriorar. Días en los que descrubres como ha avanzado el tiempo y la huella que ha dejado,   todas esas llamas que ya no prenden y las que nunca dejan de brillar. Danzas en las que cierro los ojos y de repente apareces tú, con la sonrisa que aún recuerdo y  aquella mirada que continúa deslumbrándome entre tanta y tanta oscuridad. Con tu voz,  grabada en mis entrañas,  recompensa de invertir mis ahorros en cabinas telefónicas de distintos barrios.  Cuando los ava...

Soñar con ella siempre ha sido uno de esos actos terribles para mí. Al despertar experimento el mismo vacío que cuando tu sueño te arroja desde un quinto piso y mueves las extremidades con la esperanza de que alguien tire de ti,     con el deseo de cerrar y abrir los ojos y que todo haya quedado atrás. Puto mal sueño. Eso sí, ahora tan solo me lleva tres minutos el reponerme. Tiempo en que la secuencia fotográfica que se proyecta en mí, aflora los vestigios de lo que una vez fuimos y me deja sin aliento, una vez más después de tanto tiempo. Tres minutos son bastante más de lo que dura un orgasmo masculino, pero claro está, a menor tiempo solo hay cabida para lo bueno y amor, odio, olvido siempre sumará tres. El mismo número que da pie para que algo se rompa, porque somos menos cobardes cuando existe un tercero, una versión mejorada de lo que ya tenemos, una excusa para alejarnos y pasado el tiempo echarnos de menos. 1 ... Se encogen las entrañas al...

Yo no te echaré de menos Mayo, lo siento. Deseo que los meses avancen y vengan repletos de sueños. Estoy seguro de que fuiste inolvidable para muchos  y por diversas razones, para mí también, te lo aseguro. Eso sí, espero recordarte durante mucho tiempo y  tener siempre presente que fuiste el inicio de todo. En tus días nace la ilusión que guardo en lo mas hondo de la cajita de mis secretos. Ya sé que suena cursi, sí, pero yo también la tengo.  En ella escondo lo que realmente me hace feliz, lo que protejo para  que nadie pueda estropear con sus opiniones, los momentos en que me encuentro preparado para lo estupendo, lo que después de todo, solamente me pertenece a mí. (Parcialmente, también a la gente que quiero.) Me has enseñado a que existen personas que no merecen mis lágrimas,  a que los obstáculos se nos presentan para superarlos, a que nada es imposible si lo deseas con fuerza y que todo, todo tiene solución. (M...

Me desvelo sobresaltado... Sinceramente he de admitir que no dormía, aún así, padezco esa falta de aliento que solo las pesadillas provocan, que solo consuela el abrir los ojos o mantenerlos cerrados para no  darme cuenta de lo que acaba de acontecer. Dormido, despierto, ¨ siempre soñando ¨, porque es el único estado en el que no figuran las condiciones, en el que lo que me aterra se convierte en pura anécdota  con cada amanecer. Ahora que estoy tan solo conmigo mismo,  solo puedo frotar mis ojos para desperezarme,  para también pensar en esa cabezada que ha provocado este sentimiento, para comprender la causa de este vacío que me invade y no me deja respirar.  ¨Lo correcto ¨ Ojalá y estuviera tan lleno de vida como lo incorrecto, que dejara de establecer reglas sin sentido que ni siquiera a mí se me permitieran cuestionar. En todo esto,  ¿Qué habría de cierto si no te vivo con miedo? Demostraría que no signi...

¿Lo que me gusta de ti?  Es que nunca aguardas nada, no eres de esa clase de personas que siempre trazan su plan, que se mueven por un interés preconcebido  y arrasan el camino hasta conseguir lo que desean. Es la forma en que proteges tu corazón malherido, disfrazado de hielo y rodeado de muros infinitos al que muy pocos elegidos dejas ver. Me gusta como soportas los errores que cometen otros y desde ese instante,  tienes tan claro el proceder para no incurrir en su misma equivocación. Me gusta la normalidad con la que afrontas los malos tiempos y como te evades para que las personas importantes nunca se aflijan por tu pena. ¿Lo que me gusta de ti?  Es todo aquello que ocultas dentro y  desde la primera palabra que me escribiste supe ver. La ternura que siempre niegas,  la fragilidad que desmientes, la locura que te alimenta. Lo que me gusta de ti es como me dejas descubrirte poquito a poco, como a pesar de la dis...

No es el tiempo quien me hace sabio,  es todo aquello que dejo atrás, todo lo que nunca había elegido y que por circunstancias el destino se ha encargado de cruzar en mi camino. No, no soy fuerte,  solo intento aparentarlo, hay momentos en los que el orgullo y mi cariño es lo único que me queda, lo único que me mueve cuando los días carecen de sentido. Debería de existir un escaparate donde mostrar nuestras experiencias, donde las personas equivocadas que se cruzaron con nuestra vida pudieran evaluar lo que hicieron con ella, comprenderlo.  El tiempo lo sana todo,  aunque en realidad somos nosotros mismos quienes decidimos despojar de importancia a todo, hacer como que nada duele, aunque de vez en cuando la lluvia de recuerdos nos deje empapados, húmedos, sin aliento. No es el tiempo quien pone fecha a mi felicidad,  es el sentirme preparado, el dejarme invadir de nuevo por esa sensación que hace que todo valga la pena, el comparti...

Ojalá y algún día puedas olvidarme, y es que nunca tomaste en serio mis sentimientos, nunca existió mi dolor para ti,  decidiste ir, quizás, para volver algún día donde ya no está tu sitio. Ahora, procuras saber de mí,   no te sientes con fuerzas suficientes para enfrentarte a tus miedos, echas de menos el silencio compartido y así lo expresas. Algo real. Ojalá y algún día tus recuerdos los ocupen otros, y es que ya no quiero, ni tengo fuerzas para habitar ni esa parte de ti. Me cansé de esperarte, de vivir buscando continuas explicaciones a lo sucedido, de justificar, de intentar recuperar lo que  realmente nunca fue mío. Pero ya nada importa, tuve la energía suficiente para reponerme al desconsuelo que significaste para mis días, he vuelto a disfrutar de mi soledad, así como de toda la gente que me rodea y había desdeñado. Ojalá y algún día seas feliz con aquello que te alejó de mí, que ya no necesites una versión mejorada...

Aquella noche, esa noche en la que nada funcionaba correctamente, en la que se había instalado en mí aquel vacío existencial y en la que por fuerza me obligaron a huir de mi soledad por un momento; esa noche, en la que nada existía, en la que nada importaba, en la que me encontraba aturdido y una indefinible apatía se había apoderado de mí. Aquella noche en la que podría haber imaginado cualquier cosa, menos a ti. De repente tú, con tu mirada, mi mirada. Si, aquella noche. Esa noche en la que conseguimos hacernos invisibles estando rodeados por tanta gente, en la que derribamos todas aquellas barreras que nos separaban y que nunca pensamos que tiempo más tarde volveríamos a construir. Esa noche en la que dejamos al mundo sin mariposas, en la que ya nada volvería a ser como antes, en la que ya nunca imaginaría nada sin tenerte a mi lado. Aquella noche que dio paso a esa divina locura que fuimos los dos, con nuestros aciertos, con nuestros errores. La noche que te...

Que extraña sensación la de fingir que ya no significas nada. Dime, ¿crees que algún día existirá algún recuerdo sincero al que aferrarme? Tú que decidiste que nada es para siempre y ahora comprendo que para siempre era demasiado tiempo, incluso para mí. Prometes iluminar mis días como solías hacer a veces, pero esa luz ya se ha agotado, no existe. No, no es necesario volver donde lo dejamos,  ya no recuerdo donde se acabó. Ya no suenan las mismas canciones en la radio, no. No hubo más opción que hacerme fuerte, aceptar y dejar ir a lo que más quería. Tu partida era innegociable, te abrigaban otros brazos. Atrás queda todo aquello que soñamos, todo aquello que fingimos, lo que nunca podremos construir. Pero es cierto que una parte de mí te pertenece, siempre será tuya, aunque no sea merecida. Me enseñaste a sentir, a odiar,  a perdonar. Echo de menos tantas cosas, pero en ninguna  de ellas te sueño a mi lado. Lo siento,  yo que ...

Estás ahí, lo sé. Juegas a esconderte, a dejar que la vida pase sobre mí como una apisonadora en determinados momentos. Has decidido que debo de aprender el mecanismo de estas cosas. Me quieres libre, sabedor del precio que tienen las sonrisas, las lágrimas. Te he imaginado tantas veces con esa forma de caminar que tú solo tienes, casi sin rozar el suelo, levemente, sin ruido. Estás ahí porque lo presiento. Te siento tan cerca que creo reconocerte en algunos rostros de mis días. Luego te desvaneces, desapareces, no eres tú. A veces te busco en sitios equivocados,  me lleva a confusiones, te aleja. Pero soy consciente de que me sigues esperando,  de que nuestro encuentro ya está escrito. He soñado tantas veces tus ojos, tus labios, tu cuerpo,  que al despertar no he podido hacer mas que sonreír, y te imagino riendo conmigo. Estás ahí porque me niego a pensar lo contrario. A darme por vencido en esta locura de tenerte junto a mí. De na...

Es verdad que la vida sin ti no tiene sentido,   que después no hay nada y que tu amor es el único verdadero. Tienes la capacidad de resolver fórmulas indescifrables cada vez que algo no funciona. De construir sonrisas, de alimentar recuerdos, de reinventar los sueños. Es verdad que la vida sin ti ya no es lo mismo,  que la felicidad se desvanece,  que el viaje resulta ser demasiado largo y la compañía no siempre es de tu agrado. Que adquieres un tono oscuro, un carácter áspero. La vida sin ti está repleta de vacío,  porque necesitas de aquello que nunca encuentras, de lo que ya no está, de lo que nunca estuvo, o de lo que ya se ha ido. Tienes el don de volver invisibles los malos momentos. De derribar barreras, de destruir los miedos, de materializar proyectos. Es verdad que ahora nada funciona como antes, que a veces quedas sin aliento, que el tiempo parece detenerse y el aire resulta demasiado espeso. De repente vuelves a ser fr...

He perdido mi tiempo. Recuerdo perfectamente donde nos encontramos la última vez, pero ya no está ahí. Por mucho que busqué, nunca se detuvo en el mismo lugar por si un día decidía recuperarlo. He perdido mi tiempo y dudo de su paradero. Si algún día le ves, dile que le echo de menos, que la magia ya no existe sin él, que todo en lo que creí resultó ser mentira. He perdido mi tiempo y me arrepiento. Dejé de valorar todo aquello que me ofrecía por agarrarme con uñas y dientes a cosas sin sentido. Dile que sin él soy otro, que ya no luzco esa sonrisa, que los días son muy grises. He perdido mi tiempo y ahora casi nada importa. Aún me reúno con él en cada sueño, en cada momento de debilidad, en cada recuerdo. Dile que las horas pesan, que no me esconderé si le veo, que espero su vuelta. He perdido mi tiempo por dejar de pensar en mí, por sumergirme en tantas locuras que tanto afectan. Dile si le ves que hoy soy otro, que no hay espacio para la tristeza, que le dejé de lado por sentir lo q...

El día que nos volvamos a ver ya no seremos nada. Nada,  porque a veces la vida es así de puta. Seremos como dos desconocidos  que cruzan por un instante sus miradas,  evaluando brevemente la felicidad o la tristeza del otro,  jugando a adivinar como le fue la vida, si le trató bien, si fue justa con él. El día que nos volvamos a ver ya no habrá sonrisas,  ya no habrá necesidad de sentir miedo por todo,  no tendremos que escondernos de nadie ni nada,  no tendremos que seguir luchando por esa locura que un día fuimos tú y yo. El día que nos volvamos a ver seguramente no queramos vernos,  porque aunque en el tiempo solo perdura lo bueno, siempre hay ocasiones en que deja aflorar los errores, los lamentos. El día que nos volvamos a ver tendremos otros sueños muy distintos de los que un día fuimos capaces de soñar juntos. Será imposible derribar ese muro que durante tanto tiempo construimos entre nosotros. El día que nos volvamos a ver seremos mentira...

Sigo sentado donde antes solías, donde nada era frágil, donde las dudas se disipaban. Donde lo maravilloso era descubrir tu mirada observando en la misma dirección que la mía. Donde bailábamos a solas, donde nada ni nadie cabía, excepto tú y yo. Sigo ocupando el mismo espacio donde antes reías, donde te quedabas dormida, donde solo escuchabas mi voz. Donde cenábamos a oscuras, donde las horas corrían, donde cantábamos la misma canción. Sigo leyendo los mismos libros,  los mismos textos, los mismos autores que tantas sonrisas nos provocaban. Aún sigo soñando con los mismos cuentos que solo soñaba yo. Donde nada importaba, donde todo crecía, donde la vida tenía color. Aún sigo teniendo tu misma venda,  tus mismos miedos, mis propios deseos,  pero carezco de toda ilusión.

En días raros no para de llover, sus nubes son grises punto  y aparte. En días raros sus ojos se mojan pu N to  final.

Manos que no se tocan, labios que no se besan. Cuerpos que no se rozan, recuerdos que nunca cesan.

A veces te quiero, luego te odio, me odio. Quisiera llamarte, contarte el vacío que siento. A veces te quiero, luego lo niego. A veces me encantaría quererte... “tan solo a veces”.