YA NO SUENAN LAS MISMAS CANCIONES EN LA RADIO

Que extraña sensación la de fingir que ya no significas nada. Dime, ¿crees que algún día existirá algún recuerdo sincero al que aferrarme?
Tú que decidiste que nada es para siempre y
ahora comprendo que para siempre era demasiado tiempo, incluso para mí.
Prometes iluminar mis días como solías hacer a veces, pero esa luz ya se ha agotado, no existe.
No, no es necesario volver donde lo dejamos,  ya no recuerdo donde se acabó.
Ya no suenan las mismas canciones en la radio, no.

No hubo más opción que hacerme fuerte, aceptar y dejar ir a lo que más quería.
Tu partida era innegociable, te abrigaban otros brazos.
Atrás queda todo aquello que soñamos, todo aquello que fingimos,
lo que nunca podremos construir.
Pero es cierto que una parte de mí te pertenece, siempre será tuya, aunque no sea merecida.
Me enseñaste a sentir, a odiar,
 a perdonar.

Echo de menos tantas cosas,
pero en ninguna 
de ellas te sueño a mi lado.
Lo siento, 
yo que prometí no alejarme de tu vida 
y sin embargo, nunca me he sentido tan ajeno de nada como ahora me siento de ti.
Sé que puede resultar difícil y que tus días se tornen más pesados, que nada ni nadie te haga sonreír como mereces.

No, ya no necesito hallar quien fuimos los culpables,
si era cierto que lo nuestro no funcionaría o por el contrario, si jugamos a destruir.
Es verdad que somos especiales y
quizás por eso nos debemos a otras 
gentes,
pero ya no necesito de influencias perniciosas que me impidan avanzar.
No, no es necesario encubrir nuestros errores, prometer no volver a cometerlos,
olvidar lo sucedido.

Durante tiempo estuve aferrado a ese pasado que aún nos pertenecía, que nos pertenece,
que me hizo ser mejor persona, que te hizo ser única y aunque cueste reconocerlo
siempre formará parte de nuestra vida.
Pero hoy transito por veredas muy distintas a las que solía recorrer contigo,
con el mismo paso firme de siempre, ilusionado.

Sé que quizás no atravieses tu mejor momento, pero
tranquila, lo primero que olvidamos es la decepción.
Volverán los tiempos de sonrisas, los ciclos de emoción,
los intervalos de lamentos y los periodos de reflexión.
Todo volverá a tu vida, menos yo.

























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