El día menos pensado todo resulta ser agradable. Te detienes, observas, saboreas cada instante con la certeza de que nunca volverá a repetirse y aún así, consciente de que todo aquello que desfila frente a ti jamás volverá a ocupar el mismo lugar, te sientes ajeno a la necesidad de revivir historias duplicadas, de conservar a tu lado lo nunca te hizo bien, eso que jamás tuvo sentido por persistente que fuera su búsqueda, que simplemente fue pasajero, sembrando dudas y astillas disfrazadas de ilusiones. Pero ese día, el menos pensado, descubres que tu carga se ha aliviado, que no la necesitas. Ya no dejas lugar para el miedo, el desconcierto, las noches en vela ni los días ausentes de sueños. Atrás queda tu pequeño desastre natural. Aquel que un día decidiste afrontar con valentía, el que te elevó al séptimo de los cielos, el que sabías que te podría arrastrar a las vertientes más oscuras y aún así, no te quisiste perder por nada del mundo. Aquel que te hizo reír pero tambi...
Detesto este cambio de estación que te ha convertido en otoño disfrazada de ausencia. Yo, tan imbécil como siempre, añoro el olor de esa última noche de verano en que te sentí tan cerca, y aún reprimo el deseo de recorrer minuciosamente cada parte de tu cuerpo con mi lengua. Sufro de ausentismo cotidiano y falta de aliento si me sueño contigo. Cada mañana ,cuando despierto, eres la primera imagen que mi mente proyecta. Podría considerarte como uno de esos accidentes que provoca la niebla, pero que nadie se alarme, siendo tan majestuoso el resultado, que mi camino se nuble y se llene de piedras. Eres la cuenta atrás de mi próximo abrazo, el minuto cero del día en que perdí la cabeza, la comprensión al fin de la absurda canción de Jeanette y el lugar al que ahora se irán mis promesas. Detesto este cambio de estación que te ha convertido en otoño disfrazada de ausencia, porque todas las promesas de mi amor se irán contigo, si tú te vas, si no estás cerca.
Ahora que te has ido, llega el momento en el que me siento embriagado por los efectos de tu paso por mi vida. Cuando no ceso de buscar incansablemente donde se esconden las fuerzas para luchar contra este silencio, en el que no encuentro las palabras adecuadas para hacerte comprender que ya no te echaré de menos, que camino despacio para alejarme de tu lado, abriéndome trayecto entre sueños rotos, esparciendo por el suelo lo que aún queda de mí. Ya no son necesarias estas noticias compasivas a las que me tienes acostumbrado, no quieras romperme por completo para luego desaparecer entre mis pedazos, no seas injusta si te faltan fuerzas para recomponerlos, tu herida así, constantemente se mantendrá viva y es algo que desmereces. Es hora de sellar todas las puertas para negarle el paso a mis miedos, para que no te conviertas en el origen de mis muros de hielo, para que al cerrar los ojos desaparezcas por completo de mis días, para dejarme querer p...
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