RAZONES PARA ECHARTE DE MENOS

Como si en algún instante se necesitaran razones para echarte de menos,

no fuera suficiente el lance de haberte conocido o

tener la suerte de haber mirado tus ojos y ver lo que se esconde tras ellos.

Aprendí a soñar desde el momento en que dejé de verte,

en que viajaste lejos para no estar presente más que en mis sueños,

al descubrirme sonriendo cada vez que lo hago contigo,

cada noche que protagonizas ese mundo ficticio.

Deambularé por esta y cuantas vidas me resten con

el único pretexto de tropezar de nuevo,

aguardaré lo que el tiempo decida que es suficiente,

volveré a nacer en caso necesario una y cien veces,

me negaré a olvidarte o a darme por vencido.

Mientras tanto, dejo que los años jueguen conmigo,

que me claven puñales sin argumentos,

que me envuelvan en tristeza si es necesario o

que afloren las lágrimas aún sin sentido.

Recompondré cada parte de mí sobre tus manos

cuando volvamos a vernos,

susurraré a tu oído cuanta falta me has hecho,

lucharé como el ingenioso Hidalgo contra molinos de viento

si nos asaltan las dudas,

me volveré a perder de nuevo por tu mirada si he de serte sincero.

Y a pesar de tu ausencia,

ya no existe lugar donde se alberguen mis miedos,

ya no es necesario buscarte por cuerpos que nunca habitas y

que finalmente hieren,

tengo más claro que nunca como quererte y donde te encuentras,
y así pienso hacerlo.