BIENVENIDA AL INICIO DE MIS DÍAS
Ha llegado la hora. No es necesario decir nada, esta vez, hagámoslo a tu modo. Mírame cómo tan solo tú serás capaz de hacer desde este momento y no establezcamos condiciones. Tus ojos serán el punto de partida hacía esa locura de quererte. Mudémonos a ese instante donde alguna vez conseguimos ser felices. Será un vuelo delicado, estoy seguro, pero a tu lado ya nada importan las alturas. Desde ahora solamente sufriré vértigo al imaginar tu cuerpo, al querer quedar atrapado en él para siempre, al degustar el sabor de tus labios y al necesitar tus besos constantemente. Residentes en nuestro destino, me negaré a dejar de nadar ni un solo día por este vaivén de sentimientos que ahora me provocas. Quiero ser cómplice de todas tus sonrisas, el muro que contiene el curso de tus lágrimas para así, crear un lago donde pescar todas las ilusiones que ellas ahogaron tiempo atrás. Esta vez viajaré sin equipaje, quizás tengas que perdonarme pero ya pesaba demasiado y aunque ...